lunes, 10 de septiembre de 2007

Saturday Night Fever (Lunes, 7PM)

Las luces del espejo giran cada vez mas rapido.... Su propio refelejo lo despierta... Se incorpora, y el flash lo enceguece en forma instantánea...Está listo para el show del sábado a la noche... sus botas, sus pantalones (Cómodos según él... los usaba todo el tiempo -literalmente- ), su cabello suelto...Hasta que nunca iba a imaginarse que un abrazo interminable lo ataría a la tierra y lo conectaría con el más profundo del centro de la Tierra... El deseo de arder y la explosión anaranjada, o rojo tomate en los desnudos oídos, que latiguea, enloquece, y excita...Una manifestación de lo cool y lo salvaje proyectado en una aguda semicorchea por compás.Terciopelo bordó dentro de la copa, casi incandescennte, que desaparece como con una Polaroid con su cáliz y todo... Violeta y naranja, tatuado en sus piernas, largas llanuras amesetadas a veces...Rojo sobre la piel (si, también sobre la piel), un aire templado y húmedo, la necesidad de temblar, la cuenta regresiva, el motor agitándose, la nube de fuego... El despegue, el vuelo... Límpido, casi perfecto...

Los primigenios segundos de tiempo... La vida y la muerte... Un vals en el espacio universal, donde el éter...
Estrellas miles, casi celestes, casi blanquecinas, como acristaladas... Frías y calientes, fágiles no, sino muy fuertes.

Atardecer de un sábado de lluvia en primavera... los tintes celestes verdosos intentan apagar los naranjas que se esconden en ascuas tras la fina cortina grisácea... Un dorado resplandor sobre los edificios, el naranja gana de a poco la batalla en el cielo... una lluvia de amapolas en color fucsia inunda la escena muy pausada y levemente...La felicidad desborda de los balcones y hay una fiesta en el barrio...
Los jóvenes bailan bajo la lluvia en las calles... la noche de a poco va cayendo... las mujeres apoyadas en las ventanas fuman lento un cigarrillo que parece nunca terminar, mientras esperan a ser sorprendidas por la espalda y la música que se escucha desde otras ventanas...

Las fotos avenjentadas como en sepia, sobre la mesa del comedor diario la noche del domingo, mientras ella preparaba spaghetti con salsa de tomate, de esa que deja la mancha anaranjada como estela cuando pasa por el plato... un cielo azul de luces minúsculas en la infinidad de la ciudad...

La vieja pizzeria, en la otra esquina dando la vuelta por la avenida...

Sábados... Siempre.

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