martes, 11 de diciembre de 2007

Mi sombra y yo

La historia se desarrolla a la hora de la siesta, donde todo está permitido... Piedra libre para hacer lo que más te guste...

Tardes de calor y aburrimiento que llegaban a derretir la imaginación de casi todos los niños... Y digo -casi- porque este niño tenía las puertas abiertas al jardín de las ideas.

Su sombra no podía despegársele mientras jugaba en el patio... Se escabullía en silencio entre los pasillos de la casa y su doble lo seguía. Robaba polvorones de la lata de galletitas que estaba en la alacena de la cocina y su sombra estaba ahí... Cantaba una canción cualquiera que se le ocurriese y su sombra hacía la segunda voz y coros...

Ésta es mi historia:
(Y mi sombra)

En todo momento rogábamos (mi sombra y yo) que no sonara la trompeta estridente del reloj despertador de papá...
Él y yo pasábamos horas interminables y totalmente agradables... A veces divertidas, a veces inspiradoras...

Y mientras escribo siento que he vuelto a la vida... Al estado más puro del ser humano.
Estado en el cual puede soltar su creatividad y expresarse con total libertad...

El Arte.

Pero volvamos a la sombra...

Siempre esta mi amigo conmigo, sólo que a veces se esconde tan perfectamente que no puedo verlo... pero sí sentirlo...
Bailamos juntos, viajamos a la escuela conversando en silencio (casi telepáticamente), nos sonreímos al mismo tiempo y podría decirse que la mayoría de las veces coincidimos en nuestro pensamiento.
Uno incentiva al otro constantemente...
Lo peor es cuando ambos nos sentimos tristes o cansados... Es difícil levantarnos... Pero siempre uno de los dos acaba por emprender la marcha.
Mi sombra y yo...
Cantamos alegres una canción que sólo nosotros conocemos y que hasta a veces vamos renovando improvisadamente a coro.

Y las trompetas ya no suenan como alarmas ahora... Se convirtieron en la señal que avisa que guardemos los juguetes y pongamos orden... Borrar las evidencias del simpático desastre provocado por un juego de niños... Sí, bien digo de "niños"... "Dos" niños precisamente.

A veces jugamos a que encontramos a nuestras princesas en la televisión y que nos enamoramos perdidamente de ellas...
Lo complicado es cuando nos enamoramos de la misma...
La guerra fría entre ambos.
Miradas acechantes, sonrisas pícaras con aire socarrón, estrategias ilógicas pero totalmente divertidas, ideas alocadas y un estallido de risas que finaliza la batalla...

Tirados en la cama muertos de risa y haciéndonos chistes sin sentido.
Mi sombra y yo... Compañeros de ruta. Un abrazo fuerte y sincero. Con alegría y complicidad. Guardián de mis secretos. Secretario de mis olvidos.
Mi mejor amigo. Mi otro yo.

No sé si es mi imagen en el espejo (si lo és, lo hace muy bien... ¡Jajaja!)
Salimos por las noches al patio a mirar las estrellas... Y pensamos siempre que nos queda una larguísima vida juntos...
A veces con miedo, otras veces con indecisión o con ansiedad (mucha y la mayoría de las veces), pero siempre con esperanza de ser felices...
Algún día... Como hoy.

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